
Ya es una costumbre entre los turistas que llegan a Miramar, Prov. de Bs.As., Argentina, que mientras disfrutan de las playas, se juntan a orillas del agua para sacarle fotos y filmar con sus teléfonos celulares la notable actuación de Goro.
Goro es un perro surfista y desde hace años es una de las grandes atracciones de la ciudad balnearia. Goro tiene 8 años y surfea desde los 4 meses de vida. Siendo cachorro, aprendió siguiendo a su dueño cuando éste se adentraba al mar.
Al principio le tenía miedo al agua. Hoy, la pasión del can por el deporte es tal que suele ir por su cuenta al balneario. "Conoce el camino. Vivimos a 15 cuadras y va solo. Le encanta", contó Manuel. "Los que vienen todos los años ya lo conocen. Es la estrella de la playa", agregó su dueño que es instructor de surf y dirige desde hace diez años su escuela, llamada Goro's Beach, en la que da clases de iniciación a niños y adultos.

En época de temporada alta, Manuel Gorostiza enseña a entre 30 y 40 alumnos. Siempre lo hace acompañado de Goro, el can que le dio nombre a la escuela y que no se pierde ninguna clase. "Es un apasionado del surf, se desespera por correr una olita", cuenta Manuel.
Cuando el clima lo amerita, Goro aprovecha para hacer lo que más le gusta: deslizarse sobre las olas. Fanático del surfing, su destreza sobre las tablas atrae la atención, roba las miradas y deslumbra la vista de los turistas.

"Lo llevo hasta adentro, pasando la rompiente y desde donde comienza la ola lo empujo. Él busca la flotabilidad de la tabla y equilibra el peso. Y va solo", explicó Manuel. La gente reacciona con aplausos cada vez que asoma a la orilla y termina su recorrido.
La familia Gorostiza tiene dos canes más como mascota, a los que también les gusta el mar, aunque no tienen las habilidades de su compañero. Esas habilidades solo las tienen algunos distinguidos, como el mismo Goro.
