La leche de avena aporta muchos beneficios a la salud, sobre todo si tienes el colesterol alto o tienes problemas de digestión, gastritis, colitis o sufres de estreñimiento. Los doctores y nutricionistas recomiendan consumirla todos los días.
¿En que nos ayuda la leche de avena?
Antes que nada, tiene que ser preparada en casa, no una comercial.
Es mucho más digestiva que la leche de vaca, y nos aporta vitamina B que nos ayuda a proteger y regular el sistema nervioso central.
Es muy útil para regular la flora intestinal debido a su gran aporte de fibra. Se recomienda consumirla en las mañanas.
Contiene grasas insaturadas o de las “buenas”, omega 3 y 6 y betaglucano por lo que puede reducir el colesterol malo y los triglicéridos, al mismo tiempo que aumenta el colesterol bueno.
Además, consumirla varias veces a la semana podría mejorar la salud cardiovascular al evitar la acumulación de grasa en las paredes de las arterias.
Nuestro estómago cuenta con las herramientas necesarias para digerir la leche de avena, siendo muy buena opción para los que sufren trastornos gastrointestinales como gastritis y colitis.
Otros beneficios de consumir regularmente la leche de avena son: Te ayuda a bajar de peso si la consumes en el desayuno, ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, tiene muchos nutrientes y proteínas que ayudan a fortalecer los músculos.
¿Cómo prepararla?
Poner avena en un recipiente mediano hasta la mitad y llenarlo de agua. La dejamos reposar toda la noche para que sea más digerible. Al otro día se tira el agua y se escurre. Se vuelve a llenar el recipiente con agua y se licúa. Ya está tu leche de avena lista, Le puedes agregar más agua si la quieres más líquida.
La leche tiene un sabor agradable, pero si lo deseas le puedes agregar un poco de miel de abeja o jugo de limón, lo que más te guste.