La joven Greta Thunberg nació en 2003 y a su corta edad es una activista ambiental que ya ha desafiado a los líderes mundiales a hacer conciencia sobre el cambio climático y tomar cartas en el asunto.

Thunberg comenzó un movimiento global al faltar a la escuela en agosto de 2018, pasó sus días acampando frente al Parlamento sueco, sosteniendo un cartel pintado en letras negras sobre un fondo blanco que decía: “Huelga escolar por el clima". En los 16 meses siguientes se dirigido a jefes de estado en la ONU, se reunió con el Papa, se entrevistó con el presidente de los Estados Unidos e inspiró a 4 millones de personas a unirse a la huelga climática global el 20 de septiembre de 2019, en lo que fue la manifestación climática más grande en la historia de la humanidad.

En febrero de 2019, 224 académicos firmaron una carta abierta de apoyo declarando que estaban inspirados por las acciones de Thunberg y los niños en edad escolar en huelga al hacer oír su voz. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, respaldó las huelgas escolares iniciadas por Thunberg y admitió que "Mi generación no ha respondido adecuadamente al desafío dramático del cambio climático. Esto lo sienten profundamente los jóvenes. No es de extrañar que estén enojados". Hablando en un evento en Nueva Zelanda en mayo de 2019, Guterres dijo que su generación "no estaba ganando la batalla contra el cambio climático" y que depende de los jóvenes "rescatar el planeta".

Thunberg ha inspirado a multitud de jóvenes en lo que se ha descrito como el «efecto Greta Thunberg». En respuesta a su postura abierta, varios políticos también han reconocido la necesidad de centrarse en el cambio climático. El secretario de Medio Ambiente de Gran Bretaña, Michael Gove, dijo: «Cuando te escuché, sentí una gran admiración, pero también responsabilidad y culpa. Soy de la generación de tus padres y reconozco que no hemos hecho lo suficiente para abordar el cambio climático y la crisis ambiental más amplia que ayudamos a crear».