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¿No te gusta como te trata tu jefe? Trabajar con un jefe tóxico es muy demandante y es la principal razón por la que un empleado experimenta estrés en el trabajo, siente descontento y finalmente muchos toman la decisión de abandonar su empleo.

Un jefe tóxico causa daño a sus empleados, los hace sentir miedo, frustración, tristeza, molestias, disgusto y a final de cuentas no son felices en su trabajo, lo que puede repercutir en una insatisfacción general en su vida.

Señales de que tu jefe es tóxico:

Es intimidante y arrogante

Un jefe intimidante que manipula y humilla a su personal socava la estabilidad y la confianza de los empleados. Es arrogante y cree que ostentar un cargo de poder lo hace mejor que los demás. No importa cómo haya llegado a ocupar ese lugar, siempre se siente superior por formar parte de la dirección. Cree además que el solo hecho de ser jefe le da licencia para tratar a los demás como si tuvieran menos valor que él. Muchos expertos afirman que en realidad este tipo de jefes tienen falta de confianza y son inseguros y lo expresan haciendo sentir menos a sus empleados.

Es controlador e inflexible

Un jefe excesivamente controlador que se involucra en todo y está en todos los detalles, hace sentir ineficiente al trabajador, los frustra y pueden llegar a pensar que no hay confianza en ellos lo que se traduce en inseguridad y miedo de hacer las cosas. Este tipo de jefe no sabe la diferencia entre ser un buen líder y mandar, no sabe confiar en las personas con las que trabaja y está convencido de que lo mejor es controlar hasta las más mínimas de las acciones del trabajador. De igual manera es sumamente estricto e impone sus ideas que nunca se pueden discutir y mucho menos cambiar. Rechazan nuevas ideas porque las ve como amenazas y siente que puede verse como un jefe débil.

No le importan las necesidades de los empleados

Este tipo de jefes no ven a los empleados como personas integrales con necesidades y derechos. Solamente están enfocados en las obligaciones de los empleados y en los deberes. Muchos de estos jefes son abusivos y exigen a los trabajadores más de lo que les corresponde. Son los típicos jefes que organizan reuniones y te localizan en horas o días en los que ya se terminó el tiempo laboral, son inflexibles si su trabajador tiene algún contratiempo personal, no se preocupan por el estado de ánimo de los empleados, nunca los felicita por sus logros, siempre está al pendiente de los descuentos en el salario por faltas o retardos sin importan lo bajo del sueldo.

No reconocer los méritos de los trabajadores, tener un mal carácter y alargar mucho la jornada laboral son los hábitos de los jefes tóxicos que más desmotivan a los empleados. Algo que, a la larga, repercute en la productividad de cualquier empresa.

 

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