Hacer el amor es una de las experiencias más bonitas y satisfactorias que podemos vivir con otra persona. Hay quienes le llaman “hacer el amor” y otras que dicen “tener relaciones sexuales”. La verdad es que no hay una sola manera de referirse a lo mismo, cada persona es distinta y percibe las situaciones de forma diferente. Así como también para algunos tiene que ver con el amor que sientes por esa persona y para otros no.
Compartir nuestra intimidad con alguien es mucho más que el sexo, es complicidad, cariño, ayuda comprensión, respeto, honestidad. Son un conjunto de sentimientos que nos hacen mostrarnos a nosotros mismos como somos realmente frente a otra persona.
Hacer el amor es establecer una intimidad con alguien
No se trata solamente de desnudarnos frente a esa persona para crear la intimidad. Esa intimidad se va estableciendo al compartir tiempo, al disfrutar de conversaciones para ir conociendo poco a poco al otro y darnos a conocer, se va estableciendo al descubrir aficiones comunes o diferentes. Cada uno somos un universo compuesto por muchos elementos que nos hacen únicos y que requieren un tiempo y una cercanía para ser descubiertos y apreciados.
Hacer el amor es compartir
Compartir con una persona a la que apreciamos nuestro tiempo es algo único, porque son momentos que no se van a repetir. Pero, también se trata de compartir miradas, momentos, palabras, caricias o besos cargados de significado.
Hay ocasiones en las que, con una persona, a la que conocemos bien, basta con mirarla para que comprenda lo que estamos pensando y viceversa: si nos mira, sabremos con exactitud qué quiere decir, sin que sean necesarias las palabras. Esto se da cuando existe un vínculo importante entre los dos.
Hacer el amor también es diversión
Divertirse con alguien, compartir momentos graciosos es algo que crea una gran intimidad y complicidad. En ocasiones, como un modo de protegernos, mantenemos nuestra distancia, pero el sentido del humor, el saber reírse de uno mismo, es una cualidad que crea empatía y que favorece el acercamiento con la otra persona.
Hacer el amor es demostrar tu cariño
Hacer el amor no es sólo estar en la cama con otra persona y tener una relación sexual. Hacer el amor es acariciar, es mirar a esa persona, es disfrutar de esa intimidad que estamos creando juntos.
Además, el cariño por otra persona se demuestra ayudando y apoyando a esa persona que realmente nos importa cuando lo necesita, dándole un abrazo cuando está triste, mostrando nuestro apoyo con una simple caricia, dándole a entender que estamos ahí.
Hacer el amor es ser tú mismo
La sexualidad abarca mucho más que el propio acto sexual, porque no se trata de compartir un rato una cama con alguien, practicar sexo y desaparecer. La sexualidad puede manifestarse de mil formas: un simple paseo cogido de la mano, una mirada por encima de una mesa con velas, un roce casual, un mensaje a deshoras, un encuentro en un lugar inesperado.
Hace falta valor para mostrar quiénes somos y cómo somos, para mostrar nuestros defectos y nuestras virtudes. Pero solo siendo nosotros mismos, podremos disfrutar de una relación plena con otra persona, dejando de ser el personaje que se supone que tenemos que ser, y permitiéndonos ser quienes somos.