
En el transcurso de nuestra vida el apetito sexual y la frecuencia de la actividad sexual varían. Hay períodos en los que el deseo sexual aumenta, pero esto no significa que exista un problema. No obstante, si se puede hacer un problema cuando ese deseo es insaciable.
Puede considerarse un trastorno cuando una persona se obsesiona demasiado con el sexo y siente la necesidad de mantener relaciones sexuales o en su defecto de masturbarse en todo momento, de forma compulsiva.
Esa hipersexualidad, en lugar de ser placentera, genera un gran malestar. De hecho, es probable que la persona experimente un estado de insatisfacción permanente que termina afectando a otras áreas de su vida e incluso llegue a sentirse a menudo culpable.
Además, cuando el adicto al sexo no puede mantener relaciones con alguien, recurre compulsivamente a otras formas de satisfacción, como la masturbación y la pornografía.
Aunque la hipersexualidad normalmente se considera como una adicción, también se teoriza que puede ser un comportamiento que tiene que ver con la obsesión y la compulsión.
Aun cuando es un problema que pueden tener tanto hombres como mujeres, el porcentaje en hombres con hipersexualidad es más alto.
Los principales síntomas de la hipersexualidad que pueden variar según la persona y no es necesario que tenga todos, pero si algunos son:
- Buscas sexo frecuentemente con una o más personas.
- Estás pensando constantemente en tener sexo, hasta el punto de que esas obsesiones o fantasías te impiden concentrarte en otras actividades.
- Tu trabajo, pareja y/o vida social se han visto afectadas por tus aficiones sexuales.
- Dedicas varias horas cada día a visitar sitios web de pornografía o a ver películas de contenido pornográfico.
- Buscas constantemente mantener relaciones sexuales fuera de tu pareja, a pesar del miedo a que tu pareja pueda descubrir la infidelidad.
- Rompes relaciones de pareja debido a tu adicción al sexo.
- Buscas en la prostitución una vía para satisfacer ese deseo desmedido.
- Te sientes irritado/a si tu pareja se niega a tener sexo contigo.
- Te masturbas con frecuencia en cualquier lugar, incluso en el trabajo.
- Sientes una compulsión difícil de dominar que te lleva a asumir conductas de riesgo, como mantener relaciones sexuales desprotegidas con personas desconocidas.
- Te sientes insatisfecho/a pesar de haber mantenido relaciones sexuales.
Es conveniente que una persona que tiene estos síntomas busque ayuda terapéutica ya que este problema llega a afectar negativamente muchos aspectos de su vida.
Información de El Prado psicólogos
