
La equitación es algo más que un hobby ya que también es un deporte muy completo y equilibrado. Se trata de la práctica de montar a caballo y es una especialidad dentro de los deportes ecuestres en la que se evalúa tanto al que monta como al caballo.
Practicar la equitación tiene muchos beneficios físicos y mentales, según el Club Hípico de Cenes en España.
Ellos afirman que montar mejora el equilibrio, la movilidad y la postura y regula el tono muscular. (No encontrarás en tu gimnasio una máquina que trabaje tantos músculos.) Por ejemplo, en el trote, se refuerzan los músculos de las piernas (muslos, pantorrillas, etc.) y los glúteos; el trote del animal transmite al jinete más de 100 diferentes movimientos por minuto. Podemos decir que prácticamente todos los músculos del cuerpo son estimulados, lo que convierte a la equitación en un deporte único.
En general, la equitación tonifica los músculos (aductores, glúteos, hombros, abdominales y espalda) y quema calorías, a la vez que fortalece tu corazón (es un ejercicio cardiovascular que puede llegar a exigir los mismos niveles de esfuerzo que correr o el ciclismo). El desgaste energético depende de la disciplina que realices: De paseo se quema poco porque el esfuerzo es mínimo. En recorrido con obstáculos y adiestramiento el trabajo muscular se intensifica y empieza a ser significativo: entre 400-600 calorías por hora mientras refuerza el equilibrio y mejora la coordinación motriz.
Entre los beneficios mentales dicen que montar incrementa la atención y la concentración, fundamental para el aumento de la autoestima. Además tiene un efecto positivo en las funciones de comunicación y de comportamiento. Como ejemplo, la equinoterapia, se realiza con niños o adultos con problemas de conducta, síndrome de down, parálisis cerebral etc. y mejora la estabilidad de estas personas así como su estado anímico. En el ámbito psicológico, los caballos ayudan a niños y adultos a superar miedos, a gestionar problemas, y elevar la autoestima y confianza en sí mismos, a la vez que relajan y permiten desconectar del día a día. Un caballo puede ser imprevisible y hay que aprender a gestionar todas las situaciones que se presenten.
Tener la responsabilidad de un caballo al que entrenar, desarrolla la constancia y transmite una mayor seguridad alejando los temores, lo que se transmite a la vida diaria.
