La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y el Museo del Palacio de Bellas Artes de México, están presentando Emiliano. Zapata después de Zapata, exposición que se exhibe actualmente y que estará hasta el mes de febrero.
A cien años de su muerte, Emiliano Zapata Salazar (1879–1919) es uno de los personajes históricos más vigentes en México y el mundo. La figura de este líder campesino de la Revolución mexicana ha acompañado la vida de todos los mexicanos desde aquel día en que fue elegido jefe del Concejo Regente de su natal Anenecuilco, Morelos, en 1909. Bajo su liderazgo al frente del Ejército Libertador del Sur se agruparon diversas luchas que demandaron restitución de tierras, defensa de los recursos naturales y autonomía de los pueblos. Con su asesinato en 1919, comenzaron el mito y el culto del Caudillo del Sur.
El Estado mexicano se apropió gradualmente de su legado y, en 1931, lo nombró héroe nacional y emblema del agrarismo. Sin embargo, esta institucionalización no canceló la fuerza del zapatismo entre las bases populares; a lo largo de un siglo, cientos de movimientos sociales y artísticos han reclamado a Zapata como inspiración y como símbolo de legitimidad.
Más que una exposición biográfica, Emiliano. Zapata después de Zapata propone un recorrido artístico por los usos políticos, activaciones sociales y subversiones que ha tenido la imagen zapatista desde 1910 hasta el presente, especialmente a partir de los flujos migratorios e intercambios culturales entre México y Estados Unidos. Las obras incluidas despliegan los contrastantes y cambiantes rostros del Caudillo del Sur como líder campesino, héroe institucionalizado, mito fundacional, símbolo chicano, guerrillero contemporáneo, estandarte de activismos políticos, sitio de la resistencia indígena o referente cuestionado del machismo mexicano.
¿Qué significan Zapata y sus imágenes para la historia de México y los Estados Unidos, su visualización actual y sus nuevas construcciones en un futuro binacional? ¿Cuáles son los legados zapatistas y cómo las comunidades mexicanas y mexicoamericanas han interactuado con ellos? ¿A quién le pertenece Zapata, al Estado o a esa abstracción llamada “pueblo”? Estas son algunas de las preguntas que articulará la muestra a lo largo de cuatro grandes secciones: líder campesino, la fabricación del héroe de la nación, imágenes migrantes y otras revoluciones. El concepto curatorial está a cargo de Luis Adrián Vargas Santiago, historiador del arte y especialista en la imagen de Zapata.