
La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando los síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno distímico (crónico), cuando estos síntomas pasan de un mes.
Si notas que tu hijo está muy triste, tiene estados de ánimo cambiantes, reacciona con enojo a muchas situaciones, no disfruta de actividades que antes le gustaba hacer, pueden ser síntomas de alerta de que está sufriendo depresión infantil.
Otros síntomas que también puede presentar son:
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Dormir poco en las noches
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Comer poco o demasiado
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Disminuye su rendimiento escolar
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Volverse solitario
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Tiene dolores sin razón
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Baja autoestima
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Hiperactividad
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Llanto fácil
¿Cómo se puede tratar la depresión infantil?
Según los expertos, el tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo que se encuentra el niño, en base a: su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención.
Debe además involucrar de una manera activa a los padres, y realizar intervenciones hacia el entorno del niño (familiar, social y escolar). Los psicólogos explican que el tratamiento se divide en tratamiento de fase aguda y fase de mantenimiento. El tratamiento en Fase Aguda, incluye: Psicológico, Farmacológico y Combinado.
La depresión infantil la debe tratar un experto que pueda orientar a los padres, la familia o los maestros y no en todos los casos el tratamiento incluye fármacos.
Es importante mantener una buena comunicación con tu niño en la que pueda expresar sus sentimientos y te cuente las cosas que suceden en la escuela o en casa que puedan estar afectándolo. Hablar y escucharlo con amor y empatía ayuda a que tu hijo te tenga confianza y le sea más fácil describir sus sentimientos y lo que le pasa.
