Cuando compramos y regalamos a un animal, estamos cosificando a un ser vivo, según palabras del médico veterinario Carlos Gut, y al final puede ser que acabe en la calle, cuando ya no nos haga gracia, como si se tratara de unos zapatos que ya no nos gustan.
Una mascota siempre va a estar contigo, si hace cosas que nos disgustan (comportamientos naturales en los animalitos) lo tenemos que pensar antes de adquirir uno y meterlo en nuestra casa.
Al llegar la Navidad muchos niños (e incluso adultos) piden que Santa les traiga una mascota o un cachorrito como regalo, y nosotros tenemos que hacer conciencia de que los cachorros no son un regalo, ni un juguete. Siempre que nos planteemos aumentar la familia con un nuevo miembro animal en nuestra casa, tenemos que pensar primero en adoptar antes que, en comprar, porque comprar animales hoy en día, solamente empeora el gran problema que tenemos en todo el mundo de abandono de mascotas y precisamente en el caso de los animales que se regalan en navidad, un gran porcentaje de ellos terminan en las calles.
Pensar en regalar una raza concreta de un animal, un perro o un gato, es pensar en la estética, no es pensar en lo que esta mascota va a aportar a la familia y en cómo va a enriquecer la vida en el día a día, tiene que ser una decisión de todos, sabiendo las implicaciones que conllevan, por ejemplo, la parte económica, una mascota que se enferma necesita ir a un veterinario, la atención y sus necesidades, su alimentación, etc.
Comprar una mascota por su raza, es decir, la estética, para muchas personas es como querer lucir un objeto que tenemos en la casa o un auto en la calle. Mucha gente no piensa en el cariño y la atención que necesita ese ser vivo. Debemos dejar de pensar en las mascotas como un regalo porque de esa manera estamos potenciando la reproducción incontrolada de animales de raza, solamente por el hecho de que sean estéticamente bonitos y también estamos cosificando a los animalitos. Como sociedad, deberíamos exigir que los animales que se reproduzcan para traer crías al mundo estén adecuadamente controlados y estén inscritos en un censo de criadores con todos los cuidados necesarios y las atenciones para esos animalitos, porque desafortunadamente muchos criaderos que vemos en internet y personas que venden animales, no están controlados por un veterinario y las condiciones en las que se encuentran esos animales solamente obedecen a aumentar el rendimiento económico y una mamá que solamente va a servir para traer crías para poderlas vender. Esto es explotar a los animales para vivir de ellos. Y muchas veces, no tienen cuidados veterinarios para no gastar en ello y encarecer la actividad comercial a la que se decidan.
El buscar una mascota en la familia tiene que obedecer a que se esté buscando ese cariño y que se quiera compartir el tiempo con ese animal y que forme parte de la familia, no tiene que obedecer a un capricho navideño ni al capricho de un niño pequeño, y mucho menos si no están conscientes de las obligaciones que conlleva tener un animal. Una mascota no es un juguete, no se le pueden quitar las pilas, es un ser vivo que también siente y sufre.